LA FALSA PARADOJA DE LA TRANSICIÓN ENERGETICA

La transición energética es un tema que ha sido sujeto de intensos debates en el último año en nuestro país, sin embargo, existe un gran consenso sobre la necesidad de realizarla a nivel mundial, el debate se encuentra relacionado con el impacto económico que generaría alejarse de los hidrocarburos de manera abrupta, aunque esto no se haya planteado de esa manera realmente.

La matriz energética de nuestro país, similar a la mundial, es dependiente de los combustibles fósiles, alrededor del 80% de la matriz energética depende de los hidrocarburos en ambos casos, la diferencia radica en que las energías renovables en la matriz energética mundial, representa un 6%, mientras en Colombia llegan tan solo al 2%.

 

Nuestra balanza comercial negativa, es equilibrada de cierta manera con la exportación de hidrocarburos, que constituye el principal producto de exportación de la economía colombiana, esto genera temor   a la transición energética hacia energías renovables, pues se supone que el país depende de la economía extractivista.

 

 

La posible cancelación de los nuevos proyectos de exploración ha sido en definitiva la manzana de la discordia o mejor, el sofisma de distracción para evitar hablar de realidades incomodas.  Lo primero que debemos anotar, es que la transición energética no es un concepto nuevo, algunos historiadores incluso, relatan que el cambio de modelo energético fue uno de los factores de la caída del imperio romano, no el cambio como tal, sino el hecho de no ser conscientes de la necesidad de realizar un cambio de manera organizada y planificada a tiempo.

El ser humano actualmente tiene todas las capacidades para emitir valoraciones científicas sobre el estado de los recursos que soportan la vida en el planeta, el peligro que representa el cambio climático impulsado por las emisiones de gases efecto invernadero GEIs,  para estas estructuras de soporte vitales, están soportadas  teórica y empíricamente, sin embargo la tendencia es sobreponer la calidad de vida y la economía sobre la vida en el planeta ignorando que los recursos naturales afectados son la base piramidal de dicha Economía, sin recursos no hay economía de mercado, esta es una verdad incomoda para muchos gobiernos, que dependen de la industria de los hidrocarburos.

Algunos argumentan que Colombia no genera una cantidad considerable de emisiones mundiales de CO2, estas corresponden a un  0,37% del total planetario, se considera entonces, que es una participación marginal en el problema del cambio climático, y que sería completamente innecesario sacrificar la principal actividad exportadora del país, afectando la economía nacional catastróficamente, este argumento parece lo bastante sólido, sin embargo puede representar  un falso dilema, ya que la importancia de la transición energética no solo radica en que Colombia deje de emitir una cantidad de CO2 y se debe tener en cuenta el contexto mundial en el que se plantea la necesidad de la transición en Colombia.

Lo primero que se debe comprender es que Colombia, así como 194 partes más (193 países y la Unión Europea), han adquirido compromisos internacionales para reducir sus emisiones de gases efecto invernadero, Colombia se comprometió a una reducción de un 51% para el 2030, en las cumbres de acción climática de las naciones unidas en  Paris y recientemente en Glasgow, si bien producimos tan solo el 0,37% de las emisiones de CO2, hacemos parte de una estrategia mundial concertada, que pretende limitar en conjunto las emisiones totales  de Gases de efecto invernadero, sin la transición energética decidida, simplemente estos compromisos se incumplirán.

El segundo hecho a tener en cuenta, es algo que debería saltar a la vista,  los hidrocarburos son un recurso no renovable que se encuentra en una etapa de agotamiento, los servicios geológicos de Estados unidos USGS estima, que la producción mundial de Petróleo tocará techo para el año 2037  y cuando la producción toque techo, el precio repuntara de manera radical y existirá una hiperinflación global, esto es conocido como la teoría del pico de Hubbert, cabe anotar que el mismo estudio, basado en un modelo matemático, establece que si la demanda aumenta, este pico podría adelantarse incluso décadas. En la actualidad la BP, la quinta compañía Petrolera de mayor producción en el mundo ha elaborado un diagnóstico en el que afirma que en 2020 hemos llegado al pico del Petróleo, prediciendo además un descenso global de hasta el 80% de aquí a 2050.

 De acuerdo con los datos de Ecopetrol, en los últimos 8 años, la exploración ha disminuido en intensidad, debido a la baja tasa de éxito, esto se ve representado en la producción que ha disminuido de igual manera considerablemente, esto ha venido pasando en años en donde las políticas estatales han sido completamente promotoras de la industria de los hidrocarburos, sin embargo el nuevo gobierno, promotor de la transición energética, al  intentar restringir los nuevos contratos de  exploración ha suscitado una gran excitación mediática por el  posible desabastecimiento y reducción de la producción, algo que ya venia pasando. ¿En este momento habría que preguntarse, explorar es encontrar? ¿Qué pasaría si la tasa de éxito es demasiado baja?  ¿La tasa de éxito para los nuevos bloques aumentaría o disminuiría, teniendo en cuenta que los bloques con mejores perspectivas posiblemente ya se han otorgado? ¿Podríamos exportar energía a base de renovables, considerando el gran potencial para la producción de esta en el país? Estas son preguntas que normalmente no se realizan a los expertos en medios de comunicación.

 

Por lo anterior podemos concluir que, a mediano plazo, la probabilidad de depender de un producto escaso y costoso es muy alta, los países que tengan reservas menores, como es al caso de Colombia, serán vulnerables a la escasez, los altos precios y la hiper inflación, por ello reemplazar la matriz energética dependiente de recursos no renovables con recursos renovables, puede ser un golpe menor a la economía a corto plazo, pero evitaría una debacle económica a mediano plazo, cumpliendo además con nuestros compromisos con el planeta y la vida.

Como vemos existe otra perspectiva, que reconoce un problema económico en no realizar la transacción energética, claro que los avances no estarán exentos de costos, en términos de recursos naturales, pues las energías renovables no son completamente limpias, además se necesita una decidida inversión en tecnología y talento humano, es necesario crear un nuevo modelo energético que puede resultar costoso, sin embargo, es posible que sea un costo menor frente al costo medio ambiental.

 

¿Si encontramos una solución al cambio climático, se tiene que basar en la rentabilidad?

¿Porque descartar opciones porque son demasiado caras?

¿DEMASIADOS CARAS FRENTE A QUE?

 

Gary Janotz

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