La vida sobre el planeta se esta debilitando, nos encontramos en la sexta extinción masiva, la primera provocada por el ser humano, por ello se conoce como el Antropoceno, anualmente se pierden entre 10 mil a 60 mil especies, una cifra que debería provocarnos terror, pues la vida en el planeta se encuentra interrelacionada, esto no es una afirmación precipitada, es un hecho confirmado por la ciencia, una especie clave, podría desatar una reacción en cadena que terminaría con nuestro modo de vida.

En este contexto las ciencias de la tierra han adquirido una gran relevancia, la biología, por ejemplo, nos ayuda a comprender cual es la situación de las poblaciones de diferentes grupos de animales, su vulnerabilidad y estado de conservación, esto se realiza por medio de un proceso conocido como caracterización de Fauna, que en términos simples es el diagnostico y monitoreo de los diferentes grupos de especies que habitan un área específica, con ello  podemos identificar, si la especie  se encuentra en  vía de extinción, cuantos ejemplares pueden quedar en ciertos hábitats y la necesidad de realizar un plan de conservación.

La caracterización Biológica se ha encontrado con limitantes; para la determinación de las características de la Biodiversidad animal, es necesario observar o capturar el animal para su identificación, aunque existan métodos indirectos como identificación de sonidos o huellas, o incluso el desarrollo de encuestas a la comunidad, estos mecanismos de monitoreo pueden presentar niveles altos de incertidumbre. El esfuerzo de muestreo, cuando se realiza captura e identificación de los animales, puede resultar tedioso, costoso e infravalorar el numero de especies de un área, ya que el instinto de muchos animales es alejarse del ser humano, una huella o un sonido, se pueden malinterpretar.

Todos conocemos la historia del monstruo del lago Ness, en donde se registraron, a través de décadas, avistamientos de una supuesta especie que nunca pudo ser identificada, a pesar de que la investigación se tornó bastante seria, se desarrollaron análisis por sonar tratando de barrer todo el ancho del lago, buscando la figura del monstruo, sin resultados positivos, luego se aplicó una tecnología revolucionaria, el metabarcording. Esta técnica tiene la capacidad de recuperar el ADN contenido en el agua, aire y suelo, de los animales que entran en contactos con estos medios naturales, estos rastros genéticos pueden ser dejados por piel, fluidos, heces u otros tejidos.

Las especies se logran identificar mediante el análisis del ADN contenido en muestras de agua, suelo o aire, gracias a marcadores genéticos específicos, que básicamente son secuencias conocidas dentro del ADN, estas secuencias se han reportado previamente y estandarizado como un código de barras que representa una especie particular. El Análisis se realiza por medio de reacción en cadena de Polimerasa (PCR), aislando cantidades pequeñas de muestra de ADN, del orden de los micro o nanogramos, la identificación se realiza en menos de 3 horas, lo que implica un rendimiento alto, además se debe considerar que, en una muestra de agua, suelo o Aire, se pueden analizar múltiples taxones en la misma muestra, lo que es una ventaja comparativa con otros métodos de identificación de especies, que pueden pasar por alto, organismos escasos, escurridizos o que se creen extintos.

Como se puede inferir, no es necesario la presencia de la especie para identificarla, si ha dejado su rastro genético en la muestra, lo que queda es la comparación de las secuencias, lo que se puede hacer por medio de herramientas Bioinformáticas, que se pueden encontrar en sitios WEB, como GEN BANK, NCBI del centro de información Biotecnológica, código de barras de vida BIOD, así como programas como DADA2. 

El método, aunque lleva más de una década de evolución, aún se encuentra en desarrollo. En Bacalar México, se desarrollo un estudio de Metabarcoding, en agua y sedimentos, buscando determinar las especies presentes detectando especies invasoras; en Colombia el método se ha probado en el marco del Macroproyecto Colombia Bio, proyecto estratégico del gobierno nacional que tiene como finalidad fortalecer los conocimientos de la biodiversidad del país, se han escogido algunas áreas de monitoreo en Puerto Carreño, Carmen de Viboral y el Municipio del Peñol